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MALISA ZINI.


María Luisa Zambrini nació el 5 de marzo de 1921 y falleció el 26 de febrero de 1985.

 Al terminar sus estudios primarios concurrió al Teatro Infantil Lavardén donde estudió declamación con Blanca de la Vega y Alfonsina Storni y a mediados de la década de 1930, al igual que su condiscípula Delia García –Delia Garcés-, ingresó al Conservatorio Nacional dirigido por Antonio Cunill Cabanellas. De esa época la recordaba años después el actor Oscar Valicelli: «Malisa nos sorprendía a todos, porque su vocabulario no era el común en una jovencita y, además, no se callaba nada: no había para ella temas que fueran tabú. Además, era muy suelta en los ejercicios y tenía una simpatía arrolladora».

En 1936 hizo su debut cinematográfico en la película protagonizada por Luis Sandrini y dirigida por Manuel Romero, Don Quijote del altillo, sin que ella, al igual que Tilda Thamar que también actuaba, figurara en los créditos. Tampoco figuró en el Juan Moreira dirigido por Nelo Cosimi ese mismo año, donde trabajó como extra.

Al año siguiente trabajó en ¡Segundos afuera! dirigida por Chas de Cruz y Alberto Etchebehere y protagonizada por Pedro Quartucci acompañado por Amanda Varela - hermana de Mecha Ortiz-. En los créditos figuró con su nombre de nacimiento –María Luisa Zembrini- al igual que su compañera de filmación Delia Garcés –como Delia García- y en esa película conoció a Eva Duarte que figuraba como Eva Durante.

También en 1937 participó en Melgarejo, escrita y protagonizada por Florencio Parravicini y dirigida por Luis José Moglia Barth. Ni ella ni Delia Garcés, que también actuaba, fueron acreditadas.

Del mismo año es Fuera de la ley, también dirigida por Romero, donde tiene un papelito de una niñera, pero con dos escenas importantes (en la película hay un secuestro de un bebé). Pedro Marzialetti la recuerda de esa época como «una adolescente morocha y de ojos verdes muy achispados, con una soltura singular». Siempre en 1937 obtuvo otro papel –sin acreditar- en una película de Romero, Los muchachos de antes no usaban gomina, en la que tiene un parlamento en el paseo donde toca la banda.

Algunas versiones indican que Malisa Zini escuchó que Ángel Magaña hablaba con Delia Garcés para cubrir un rol en Viento Norte, que iba a dirigir Mario Soffici, por lo cual esa misma noche concurrió al Estudio al mismo tiempo que Delia Garcés. La versión de esta última es que como había que rodar las escenas de noche y ella tenía miedo, Malisa Zini se ofreció a acompañarla pero aclarándole que iba a conseguir ese papel. Garcés le preguntó en sorna qué clase de chinita iba a ser con sus ojos claros y Malisa muy suelta de cuerpo le respondió que iba a trabajar con los ojos cerrados. Lo cierto es que Soffici la vio tan suelta y desenvuelta en comparación con la timidez de Garcés, que le dio el papel y figuró en los créditos ya como Malisa Zini en tanto que Garcés –que también trabajó en el filme- seguía apareciendo con su nombre verdadero. En una película en la que los protagonistas masculinos tenían absoluta preeminencia, dio vivacidad a una criollita de ojos claros, con una voz con dicción clara pero con ciertos matices extraños y, sobre todo, con una relación totalmente armónica con la cámara.

En el filme Con las alas rotas, dirigido por Orestes Caviglia en 1938, Malisa Zini y Ángel Magaña conformaron la parejita a cargo de las pausas, en un folletín que no rindió económicamente. Años más tarde volvería a reunirlos en la pantalla Carlos SchlieperLuis César Amadori dirigió en 1938 el filme Madreselva, con tuvo gran repercusión en la época, un melodrama romántico-musical donde Hugo del Carril y Libertad Lamarque configuraron una pareja carismática y Malisa encarnaba a Delia, hermana menor de Libertad en la ficción, con una evidente mejora respecto de actuaciones anteriores.

En 1939 desistió de filmar con Pepe Arias, a quien no soportaba y al año siguiente ya no exhibió su coquetería en ...Y mañana serán hombres, un folletín dirigida por Borcosque, como pareja de Daniel Belluscio. Ese mismo año personificó a la unitaria Mercedes Ruiz en Huella, de Luis José Luis Moglia Barth, de nuevo en pareja con Belluscio y muy bien marcada para demostrar su horror ante el asesinato de una criatura, actuación que le valió un premio de la Municipalidad de Buenos Aires. En 1942 trabajó en una película multiestelar con la que Luis Saslavsky inició su relación con los Estudios Baires, Ceniza al viento, construida en varios episodios que giran en torno a las primeras planas de un diario. Acompaña en su episodio a Berta Singerman, en su única intervención para el cine argentino y juega en forma impecable el papel de una joven que irrumpe en la habitación de la famosa recitadora para pedir consejo pues su familia se opone a que se dedique al teatro. Al año siguiente tuvo un papel secundario en Los hijos artificiales, de Antonio Momplet, en pareja con Pedro Quartucci, como una muchacha que encuentra un novio cuando viene a Buenos Aires a legalizar su título de maestra. También de 1943 es Las sorpresas del divorcio, de Roberto Ratti, para EFA Establecimientos Filmadores Argentinos. En 1944 la dirigió Julio Saraceni en Nuestra Natacha, figurando su nombre en tercer lugar después de los de Amelia Bence y Esteban Serrador, pero no tuvo una feliz actuación: se la vio incómoda e inexpresiva en el rol de Marga en un filme aburrido.

El mismo año participó en un papel insignificante en La pródiga, dirigida Mario Soffici, Leo Fleider y Ralph Pappier, que protagonizaban Eva Duarte, Juan José Míguez y Alberto Closas. Por presión de Perón el filme no se estrenó en ese momento y recién fue exhibido en 1984. Fue durante su rodaje que Zini inició su amistad con quien luego sería Eva Perón. También comenzó a participar en Lauracha, una película que tuvo cuatro directores: Ernesto Arancibia, Enrique Cahen Salaberry, Antonio Ber Ciani y Arturo García Buhr que terminó de rodarse en 1946. Para Zini fue un trabajo solo discreto como la novia de García Buhr pero le sirvió para cimentar su amistad con Amelia Bence, una actriz no muy querida por sus colegas debido a su competitividad. Luego vino Corazón de turco, un filme para lucimiento de Alí Salem de Baraja que dirigió en 1945 Lucas Demare para la productora Pampa Film. Por esa época se le recrudecieron algunos problemas de salud a los que se agregó una tendencia al sobrepeso que combatía con regímenes alimenticios a los que ocasionalmente agregaba anfetaminas.

Trabajó para Artistas Argentinos Asociados en el melodrama Nunca te diré adiós, de Lucas Demare. Su personaje fue Mercedes, una muchacha que después de intentar suicidarse comienza a creer en la vida cuando llega a ella Médanos, el personaje de Ángel Magaña. Zini, que figura cuarta en los créditos luego de Magaña, Zully Moreno y Orestes Caviglia, hizo una excelente labor y obtuvo un nuevo premio de la Municipalidad como Actriz de Reparto.

Siguieron Cumbres de hidalguía, de Julio Saraceni en 1949, con Roberto Airaldi y Ricardo Passano, en el cual no convence en su rol de Adriana, una muchacha con padre inválido y El extraño caso de la mujer asesinada, de Boris Hardy, con María Duval –fue su último filme-, Jorge Rigaud y Francisco Martínez Allende, sobre guion basado en una obra de Miguel Mihura y Álvaro de Laiglesia, actuando como Raquel, con los tonos justos, recordándose su perfecto timing en una escena en que Martínez Allende se esfuerza por dictar una carta y la temperatura va subiendo. De 1948 es Tierras hechizadas, junto a Carlos Cores dirigidos por Emilio Guerineau.

Hacia fines de la década de 1930 tuvo sus primeros papeles en el escenario teatral por encima del nivel de mero acompañamiento como hasta entonces, y una de las primeras obras en las que actuó fue Cyrano de Bergerac. En 1953 bajo la dirección de Antonio Cunill Cabanellas actuó en la reposición de Sueño de una noche de verano de William Shakespeare, ofrecida en el Colón y con el mismo director al frente del Teatro General San Martín encarnó diversos personajes en lo que se denominó la Fiesta del Género Chico Criollo. Con Luis Sandrini actuó en Cuando los duendes cazan perdices, obra de Orlando Aldama que fue uno de los mayores éxitos de taquilla del teatro argentino y cuando dejó la obra -no hubo ningún problema con Sandrini, simplemente se cansó- la sustituyó en su papel Malvina Pastorino.

Más adelante actuó con gran éxito en el teatro Comedia en la representación de La puta respetuosa, de Jean Paul Sartre, que ofrecía junto a Lautaro Murúa y Daniel de Alvarado al punto que fue invitada a representar la obra en París, pero rechazó el ofrecimiento.

 

En 1953 en Radio Splendid se dedicó durante un mes al Radioteatro de las Estrellas con la versión de Mujeres casadas y un sábado por la noche en Radio El Mundo ofreció en Cine-Lux -junto a Santiago Arrieta y Lalo Harbín-, una adaptación radial de Caídos en el infierno.

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